Geografía Física

Situación y límites

Villafrades de Campos se halla situado en la zona norte de la provincia de Valladolid, a 66 kilómetros de la capital de dicha provincia y aproximadamente a 40 kilómetros de Palencia capital. Pertenece a la. bonita comarca naturas de Tierra de Campos, gran planicie que se extiende por una amplia zona de Castilla y que se caracteriza por sus campos llanos repletos de ondulantes espigas y rudos surcos de tierra.

Está integrado en el partido comarcal -anteriormente judicial- de Villalón de Campos y pertenece a la comunidad autónoma de Castilla y León. Comprendido entre las coordenadas geográficas UTM 42º 05´04´´6 de latitud norte y 5º 05´05´´5 de longitud oeste, con un total de 2.082 hectáreas de extensión.

Situado a 800 metros sobre el nivel del mar, el centro urbano se enclava en un famoso barranco formado por el arroyo Berruez y el río Sequillo. La altitud media es de 758 metros, sobre la que destacan dos puntos dignos de mención: el Teso de la Nava de 774 metros y el Coto Alto con 790 metros. El término municipal tiene como límites: al norte, Herrín de Campos; al este, Guaza; al sur Villarramiel y Gatón de Campos y al oeste, el término de Villalón de Campos.

Bien es verdad que esta estructura y distribución de límites y superficie ha sufrido multitud de variaciones con el paso de los años.

Geografía, orografía e hidrografía

Litológicamente el terreno es arcilloso en un 85% y contiene potasa y cal. La tierra es compacta, dura y de difícil labores. No tiene granulosidades y no se hallan piedras en todo el término de la villa. Es pobre en materia orgánica y el agua se filtra en el terreno más rápidamente por unas zonas que por otras debido a la escasa permeabilidad y la imperfección del drenaje interno que es muy lento. Existe una nomenclatura curiosa y especial del suelo y que califica la fertilidad de los terrenos según su designación, cuyos títulos vienen dados por pobladores de remota antigüedad de los que a modo de ejemplo podemos citar las siguientes: Amorosas -según la clasificación agrónoma es terreno silíceo-calizo-, Barriales -arcillo-silíceo-, Lastros y Alastrones -calizo-silíceo-, Salmoriales -calizo-arcilloso- y Vegas -arcillo-silíceo-calizo-. Ya lo decía un refrán: «Siembre trigo en barrial y la viña en cascalajal». Geológicamente pertenece al Tortoniense y se le incluye dentro del Mioceno, en el Cuaternario. Excepción a todo esto merecen los suelos situados a ambas márgenes del Sequillo donde predominan los pertenecientes al orden Entisol, pues se trata de suelos recientes, pocco evolucionados y que no presentan horizontes de diagnóstico.

El relieve es poco variable y terreno ligeramente ondulado, con pendientes suaves y típicas de la Tierra de Campos. Sin ninguna mancha holocénica se caracterizan por su monotonía. Los pequeños altibajos que se pueden encontrar en el paisaje, fueron montes, que al erosionarse, formaron los tesos hoy existentes. Es tanta la erosión, que dichos tesos son difíciles de distinguir si no se conoce su existencia. Algunos de ellos no pertenecen al término en la actualidad aunque lo fueron en el pasado. Los más destacados son el Coto Alto y los Tres Cotos, desde los cuales se divisa una espléndida panorámica de Tierra de Campos y desde donde se pueden llegar a identificar hasta trece pueblos: Villafrades, Herrín, la torre de la ermita del Cristo de Guaza, Frechilla, Autillo, Fuentes de Nava, Abarca, Castromocho, Villarramiel, las fortalezas de Torremormojón y Montealegre, Villabaruz y Gatón.

La red hidrográfica está constituida por el río Sequillo, pequeño y que hace honor a su nombre, que atraviesa el término de norte a sur y se ve regado por el arroyo Berruez1Pequeño arroyo situado a 755 metros sobre el nivel del mar, nace junto a Nª Sª de Fuentes en el vecino pueblo de Villalón. Tras un curso corto, en el que se envuelve Villafrades, da sus aguas al Sequillo formando una, en otros tiempos, rica y fértil vega. Su cauce es escaso, pero resulta extremadamente peligroso para la población dada su proximidad, se incrementa en lluviosos inviernos en los que frecuentemente se producen desbordamientos, a veces trágicos, en su unión con el río mayor provocando las temidas riadas de retroceso, pues hay que hacer constar que en ese punto el río Sequillo alcanza el menor desnivel en todo su curso., y algunos otros de menor importancia.

Dicho río Sequillo, cuto nombre debe a su escaso cauda, ya en el año 921 los benedictinos de Villafrades le conocían con el nombre de «Rivo Sicco», y que a través de los siglos el diminutivo que con sentido se le fue adjudicando. Nace a unos 900 metros de altitud en la provincia de León, en unos cerros que hay entre San Martín de la Cueza y Villarán de Cea, partido judicial de Sahagún. Su dirección es norte-sur y después de pasar fugazmente por la provincia de Palencia para retornar a la de León en el término de Escobar. Discurre pararlelo al Valderaduey y penetra en Tierra de Campos por Villelga. Vuelve de nuevo a Palencia, atravesando Villada, donde recibe al arroyo Templarios, que nace a unos 910 metros al sur de San Martín de la Cueza y cuyo nombre lo debe a un edificio de estos caballeros que existió próximo a su nacimiento en el término de Villada, Villacidaler, Boadilla de Rioseco y Guaza. Continúa, siguiendo su primitiva dirección, discurriendo al este de Villafrades de Campos, donde recibe el flujo del arroyo Berruez, escaso de caudal y de ínfimo recorrido, pues este nace en unas fuentes próximas a la ermita de Fuentes2El despoblado de Fuentes, junto a Villalón, debe su nombre a dos mananitales que hay junto a él y donde nace precisamente el arroyo Berruez, por eso desde principios del siglo XI o finales del anterior es conocida esta población como «Fuentes de Berruez»..

Circulando por el oeste de Herrín, Gatón, Villabaruz y Tamariz, recibe en Medina de Rioseco el auxilio del sobrandte del Canal de Campos que aumenta su caudal en 2.500 litros que vierte al río por segundo. Sigue después por Villabrágima, Tordehumos, Villagarcía, Villanueva de los Caballeros y San Francisco de Villalbín, para entrar en el partido judicial de Toro, en la provincia de Zamora, por el término de Belver y unirse al río Vladeraduey por su orilla izquierda a unos 680 metros de altitud. La longitud de su curso a lo largo del recorrido es de 116 kilómetros, siendo éste el río más representativo y característico de la tierra campesina.

Discurre por un valle disimétrico, la vertiente derecha es más suave que la izquierda, y fertiliza una porción de terreno de los pueblos por los que pasa. En Villafrades el fondo del cauce se halla solamente a 30 metros de desnivel con relación a la divisoria de aguas con el Valdeginate, pudiéndose decir que en este sector no existe el valle, pues la energía del relieve es mínima; esto hace que los frecuentes desbordamientos sean severos y cruentos, justificando el temor de algunos lugareños que repiten frecuentemente la frase «si la cerquilla tuviera seis metros más».

Tiene varios puentes de piedra y en su día criaba pesca de truchas, anguilas, cangrejos y otros peces que hoy, desgraciadamente, han desaparecido, viéndose su curso plagado de juncos y malas hierbas que dificultan el discurrir de las escasa aguas, añadiendo así una dificultad más a las que ya presenta el terreno, haciéndose más peligrosas las avenidas motivadas por las lluvias infrecuentes. En su día movía varios molinos y fábricas de harina. También tiene numerosos arroyos en el término: Aguachal, Hondo, Tortas, Tocinas, Unciones, Valdesayo, Poleo, etc.

En fríos inviernos y periódicamente son temibles sus desbordamientos o riadas, de las cuales se tiene noticias desde 1739, año en que el río destruyó casi todas las casas e incluso inundó la desaparecida iglesia de Grijasalbas, hecho este que motivo su demolición. A estas crecidas, supongo que como excusa, atribuyen los labriegos la falta de arbolado, argumentando que la impetuosidad de la corriente destruye cuantos obstáculos encuentra. También son conocidas las riadas de 1881 y 1961. De esta última, por ser la más reciente, cabe destacar la anécdota que los únicos cuatro edificios que se derrumbaron fueron los de más reciente construcción -el Ayuntamiento y tres casas destinadas, por aquel entonces, a viviendas del médico, párroco y maestro. Esto nos da una idea de la resistencia de la arquitectura clásica -a base de barro, tapial y adobes de la zona- frente a las construcciones de ladrillo. Para evitar en lo posible los desatres que originaban las crecidas se procuró regularizar y uniformar su cauce, comenzando su encauzamiento el año 1910 por los pueblos de Herrín y Villafrades. No obstante el lecho artificial ha quedado más alto; por ello hay a su lado pequeñas lagunas pantanosas, concretamente en Villafrades dos labajos de unos 100 metros al norte y sur del pueblo, restos de su antiguo cauce. No resultó del todo eficaz esta costosa obra, labores que se realizaon de una manera muy rudimentaria y en la que tomaron parte en estas tareas gentes de pueblos circundantes a los que se les pagaba por metros de cauce realizado, pues así lo demostró la riada del año 1961 en la que a punto estuvo de desaparecer Villafrades, debido a las condiciones en que quedó el curso del río, con un nivel superior al propio pueblo., y como quiera que el lecho es algo más alto que el natural origina pequeñas y prolongadas lagunas pantanosas en su cauce con peligro para la salud pública, más hoy en día que vierten al mismo la red deasagües de algunos pueblos cercanos.

Cuenta una leyenda sobre el Sequillo que en tiempos existión un dragón en este río que se cobrarba sus víctimas entre la población, que se hallaba atemorizada. Un presidiario condenado a morir se enfrentó con el monstruo en Medina de Rioseco. Mientras le deslumbraba con su espejo, le clavó una espada en la garganta, liberando así a la ciudad del maléfico dragón. La ciudad agradecida logró el perdón para el héroe, que paso a convertirse en un riosecano admirado. De este hecho, queda constancia en la iglesia de Santa María de Mediavilla, donde existe una representación de una piel legendaria que es atribuida al dragón mencionado y que recibe el nombre de «totwm del culebre»3Las imágenes de fieras o dragones medievales se popularizaron por los ciegos copleros, cantores deviejos romances y estas negras historias de dragones mortíferos muy populares por esta zona durante la Edad Media..

Las fuentes tuvieron gran importancia hasta hace pocos años, sobre todo las del campo, debido al pastoreo y a las labores agrícolas. Hoy en día, casi nadie las recuerda: las Pájaras, Murcia, las Tortas, LInteros, la Toma, Arenales4En el despoblado de Torreferrizo o Torreherrizo, dice O. Rubio que en medio de él está la fuente medicinal de Arenales, famosa por sus ferruginosas aguas, lo que hacía que hasta el siglo XIX las usasen no sólo del pueblo sino de los limítrofes. En 1845, P. Madoz dice que es de curso perenne, bien arreglada, con su arco de ladrillo y que por su finura y propiedades aperitivas las usan generalmente las gentes acomodadas, absteniéndose de beberlas por la misma razón los trabajadores., la Fuente Vieja (en Villarramiel) son algunas de ellas. Otras han desaparecido. En el pueblo solo encontramos tres: la del Camino de Villalón o del «empuje»,, que data del año 1962; la del «sindicato», de 1940 y otra bastante más antigua y que servía como abrevadero para el ganado que es la del «pilón».

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