Espadaña, campanas y campaneros

En el portal de la Iglesia nos encontramos un pequeño cuarto de acceso a la torre del campanario poco accesible donde actualmente se almacenan las andas de los santos que antiguamente procesionaban pertenecientes a las distintas cofradías.

La espadaña que se alza en la parte más alta del templo, fue construida en ladrillo en 1798 por Bernardo de Villazán, trazando el punto con Antonio Sahagún, maestro arquitecto vecino de Becerril de Campos, y siendo reconocido el plan por Francisco de Rivas. Su construcción se realiza con el desmonte de la iglesia de San Pedro y fondos del antiguo Hospital de los Santos Fabián y Sebastián.

En la misma puerta de acceso al campanario un pequeño rincón dedicado a las campanas y los campaneros de Villafrades. En ella encontramos la campana María, ya en desuso y que fue retirada para colocar una nueva en su lugar, así como los yugos, melenas y otras piezas que fueron retiradas.

Durante muchos siglos las campanas regularon la actividad laboral y social de los vecinos de nuestro pueblo. Tocaban el Alba al despuntar el día dando comienzo así el trabajo diario, el Ángelus que señalaba el descanso para la comida y el toque de Ánimas marcaba el final de la jornada. Las campanas grandes, llamadas romanas, y dos esquilones estaban en la torre de la desaparecida Iglesia de San Pedro del Priorato de benedictinos y se utilizaban de forma mancomunada, es decir con un doble aprovechamiento civil y religioso. La primera referencia a las campanas es del año 1575 donde figura asiento de una campana nueva por 12.202 maravedís en los cuales entran una lengua para la campana, leña para el fundido, y gastos por tasacinas. Un año después se anota el gasto que se hizo en las procesiones por los temporales como es costumbre con el toque de las campanas para que con más decencia se saquen las imágenes, lo cual se reparte entre la villa, iglesia y cofradías.

CAMPANAS ACTUALES

BÁRBARA

En el año 1711, siendo Mayordomo de la iglesia D. Antonio Benitez se acometieron importantes reformas en la Iglesia de Nuestra Señora de Grijasalbas, y se ajustó con el Maestro fundidor una campana para la que se adelantaron 100 reales que se dio a cuenta. El año siguiente, que es cuando se instaló, se completa el pago que se hizo de 942 reales, pagados por mitad. Pesa en torno a los 450 kilos y tiene en el anillo superior la leyenda: «JESÚS, MARÍA Y JOSÉ. ME HIZO LA IGLESIA Y VILLA DE VILLAFRADES SIENDO CURA D. FRANCISCO HERRERO, SIENDO HIJO Y VECINO DE DICHA VILLA Y JUSTICIA». Rica ornamentación y la inscripción del anillo inferior nos confirma su uso para ahuyentar los nublados, que dice así: «BÁRBARA SOY QUE EN ALTO SUENA, AVE MARÍA GRACIA PLENA». En la parte central una cruz de calvario con tres clavos.

ASUNCIÓN

En el año 1770 la gorda, popularmente conocida como la Ramona, estaba quebrada y se decide fundirla en una nueva y un esquilón por 1.200 reales. Su peso está en torno a los 600 kilos y tiene en el anillo superior la leyenda: «JESÚS HOMBRE SALVADOR. MARÍA Y JOSÉ. ASSUMPTA ES VIRGO MARIA IN CELLUM (Asunción de la Virgen María al cielo) AÑO 1770». La inferior: «HIZOSE SIENDO CURA DON MATEO GONZÁLEZ». Es de destacar la parte media de la campana con una cruz de pedestal y el sello del fundidor con la leyenda: «BARTOLOMÉ DE SOLANO MEHIZO». 

PIMPORRILLOS

En Villafrades, la devoción al Sagrado Corazón cobró auge tras las apariciones de Fátima en 1917 y mucho más con las misiones claretianas. Se compraron abundantes esculturas adquiridas por suscripción y organizaron solemnes procesiones con casas engalanadas con altares y colgaduras y un continuo repiqueteo de campanas acompañando a los cánticos populares y por ello se encargan un par de pascualejas o «pimporrillos» que se utilizaron para repicar a gloria en esta fiesta y otras de la villa. Fueron hechos por Manuel Quintana en 1950, uno regalado por la Cofradía del Sagrado Corazón y el otro por el párroco D. Rodrigo Fernández.

NUESTRA SEÑORA DE GRIJASALBAS

Debido a que la campana «María» situada en la parte superior de la espadaña se encontraba rota, se ha realizado en el año 2018 una nueva campana de volteo que se usará para los toques de misa, con un sistema automático para ser accionada más fácilmente desde el interior de la iglesia. El trabajo de fundición lo han realizado los artesanos hermanos Rivera, quienes llevan más de 160 años dedicados a ello. Igualmente han renovado los yugos o melenas de las otras cuatro campanas, cuya inversión se ha realizado con financiación pública dentro del plan de conservación y ermitas, cofinanciado por la Diputación, el Arzobispado y el Ayuntamiento de la localidad. Esta nueva campana dedicada a la localidad, en su parte central lleva un fragmento de la Salve: «OH, VIRGEN DE GRIJASALBAS POR NOSOTROS SIEMPRE RUEGA PARA QUE SEAMOS DIGNOS DEL ALCANZAR LA VIDA ETERNA». En el anillo inferior: «SIENDO PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN JESÚS JULIO CARNERO, ALCALDE ALFONSO GORDALIZA Y PÁRROCO FRANCISCO CASAS».

CAMPANA MARÍA

La campana «María» que ha quedado quebrada y fuera de servicio se fabricó en 1890 en Tamariz de Campos en el corral de D. Celestino Tomillo junto a una dedicada a la Virgen del Castillo para la Iglesia de San Pedro, y otra para Gatón. En la parte superior: «JESÚS, MARÍA Y JOSÉ, AÑO 1890». Sobre el labio se lee en las letras incisas hechas a mano: «ME HIZIERON EDUARDO DE SAN MIGUEL E HIJOS». Los San Miguel trabajaban conjuntamente con el fundidor de Trasmiera, Moises Díez, afincado en Palencia en 1865 y juntos fabricaron una campana para la ermita de Fuentes de Villalón, otras en Villabaruz y Berrueces en 1877. Era una campana de volteo que posteriormente se quedó fija.

LOS CAMPANEROS

Los maestros fundidores solían ser itinerantes y venían de Trasmiera, más concretamente del valle de Meruelo o la Junta de las siete villas en Cantabria. Estos venían una vez pasado el invierno, asentándose en una localidad y se dirigían a los párrocos del contorno y cuando tenían algunos encargos fundían varias campanas a la vez y así vemos como en Villafrades en 1650 se hace un esquilón para San Juan, fundiendo el antiguo, que costó 490 reales en lo que entran el llevarle y traerle a Herrín donde se fundió y se fabricó. En 1677 se hace otro con el metal del viejo para Nuestra Señora de Grijasalbas que se trae de Meneses. Y en 1880 el maestro Máximo Menezo nos fabricó dos nuevos esquilones que se traen de Villalón.

LAS MELENAS Y CARRETEROS LOCALES

Los yugos o melenas son una de las partes más importantes de una campana y desde los tiempos más remotos se fabrican de madera con herrajes de fragua que sujetan la campana a los soportes del campanario, pero la mayoría de las veces requería los servicios de algún herrero o carretero local, y así vemos como Julio Sánchez, Javier Mazariegos, Manuel Calvo o Timoteo Valverde, todos ellos herreros locales intervienen en trabajos de badajos o lenguas, cadenetas y guindalillas, maromillas, barrenas, hierros, clavos, etc. Para componer las mazas o melenas también los fabricantes de carros como Juan Antonio Pedrosa carretero de esta villa que compone la maza de la campana grande de la torre de San Pedro en 1778 o Juan Antonio Pastor también carretero local que realiza las mazas de las campanas y un membral en 1790. 

La subida de las campanas requería maña, fuerza y además una serie de artilugios como poleas, sogas, cuerdas, etc. y hacer el telar previamente. Es muy interesante la documentación existente relativa al desmonte de la torre de San Pedro y el traslado y colocación de las campanas en su ubicación actual en 1798, anotándose los pagos a los obreros que se ocuparon en bajar las campanas y demoler la vieja torre y armar el telar en San Juan para colocarlas de nuevo en las siete semanas que estuvieron en ello.

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