Hace ya muchos años que desapareció de toda la Tierra de Campos la figura del tamborilero de flauta y tamboril o salterio. En el pasado, estuvo muy presente en todas las celebraciones de cofradías y hermandades en la práctica totalidad de pueblos. Para servir a los mozos tocaba todos los domingos, fiestas y las cuatro Pascuas. Los contratos solían dar comienzo el día de Pascuilla, o primer domingo después de Pascua de Resurrección.
El tamborilero, enseñaba a bailar y danzar todos los sones que supiere, como: villanos, folías, el caballero, saltarén, pasacalles, gallardas, danzas de hachas, el canario, chaconas, zarabandas, pavanas, escarramán, el carretero, etc. y por supuesto los paloteos, trenzados y mudanzas con los que los mozos se aplicaban en las procesiones locales danzando al santo; o el famoso zapateado que pudiera ser una danza similar a la entradilla1En Valladolid en 1646 Juan Alonso y Lorenzo Martínez, vecinos de Renedo, preparan: “una danca para la procesión y vísperas de dos paloteados y una de espadas con sus cascabeles como es costumbre y un molino de biento y la rueda de la fortuna y un bayle zapateado”. A.H.P.V. Protocolos. Legajo 1407. Folio 785..
El horario y el lugar del baile dependía de la estación del año; en la plaza durante los meses de verano, en una maratoniana sesión desde la una de la tarde hasta la puesta del sol, y en invierno en la sala de la villa o local del concejo desde las once de la mañana hasta el anochecer. Se hacían anunciar con un toque por las principales calles de la villa. En algunos casos como en Guaza o Gatón, el tamboritero recogía casa por casa a todos los mozos hasta el local destinado para el baile. Le daban de comer por turno, y de salario unas cargas de trigo (en Castil de Vela, el año 1626, Roque Pastor percibía seis cargas y una fanega de trigo).
Tenían prohibido tocar ningún baile a persona alguna sin licencia de los mozos que le contrataban. En algún caso, expresamente, no se le permitía sacar a bailar a ninguna moza cuando alguna panderetera o mozo al tamboril le tomaba el relevo durante el descanso.
Para conocer algo sobre estos maestros del tañer, casi es obligado el acudir a los archivos en busca de datos a través de los protocolos notariales o los libros de cofradías, donde aparecen interesantes documentos que dan fe de su trabajo.
Estos contratos de los mozos daban preferencia a los maestros que tenían como misión enseñar y tomar la lección a los futuros oficiales tamborinos con la facultad de poder examinar a todos aquellos que aspirasen a tal rango. Durante los primeros años de actividad de sus discípulos, que solían plasmar en contratos, tenían derecho a percibir una parte de sus ganancias por las lecciones dadas en su etapa de formación. En 1590, Lucas Holgado de Villabañez, mantiene un curioso pleito ante la Real Chancillería con Juan Alonso también tamboritero de Tudela de Duero por tener concertado para ejercer su oficio en Villabañez durante el año, mientras que otros mozos de la villa pretenden contratar al citado Juan Alonso, por ser: “vecino del lugar, mejor oficial y hacerlo por menos dinero”2A.R.CH. Pleitos Civiles, FERNANDO ALONSO (F), Caja 1058,4.
En algunos pueblos, como en el caso de Villalón, el Concejo tenía contratado a un tamborilero como voz del pueblo, para dar los bandos, tocar los bailes del concejo y acompañar a las numerosas cofradías que había en la villa. De ahí esta seguidilla:
“Allá en Villalón,
por no trabajar
andaba la gaita
por todo el lugar.
Tocar y bailar
bailar y tocar
por no trabajar”.
Aún a mediados del siglo XVIII mantenía esta figura de alguacil y pregonero: “Lucas de la Questa, boz del pueblo…. Dos mill y doscientos reales y por su oficio de tamboritero doscientos que componen hambas partidas dos mill y cuatrocientos reales”3A.G.S. Rentas. Catastro de la Ensenada. Villalón.
Muy curiosa es la descripción que hace el Padre Isla de las fiestas que se celebraron en Salamanca para festejar, en 1727, la canonización de San Luis Gonzaga a la que acudió una cuadrilla de danzantes de los niños del colegio de Villagarcía de Campos, siendo la admiración de la fiesta y del propio Obispo, la figura de un niño tamborilero que sonaba la flauta con la nariz4LA JUVENTUD TRIUNFANTE. “Obra escrita por un ingeniero de Salamanca”, pág 34 a 36, Valencia 1750. Su autor se identifica con el P. Luis de Losada. Sin embargo, en otras fuentes se atribuye al Padre Isla..
En el siglo XVIII, estos bailes de juventud o diversiones profanas no gustaban nada a los obispos de la diócesis que les recriminaban con frecuencia. D. Bernardo García desde Castromocho advierte a los mozos de Villalba de los Alcores lo siguiente: “… y practicándose aún en la villa la perjudicial y pecaminosa costumbre de bailar mozos con mozas con harto notable descompostura de que se han seguido y pueden seguirse gravísimas disonancias, encargaba y encargó al cura y señores alcaldes de esta villa que en cumplimiento de sus ministerios procuren evitar que los mozos bailen con las mozas, corrigiendo y castigando al que lo contraviniese para que así se logre el que vivan en santo temor de Dios y sin tantos peligros de ofenderle”5A.D.P.V. Villalba de los Alcores. COFRADÍA DE SAN ANTONIO DE PADUA. Visita. Año 1788. y MUCIENTES BALADO M. Datos para la historia de Villalba de los Alcores. Valladolid 2005. Pág. 459..
Tampoco Gatón se libra de estas prohibiciones de bailes entre hombre y mujeres tanto de día como de noche, y se insta a los curas para que terminen con semejante diversión. En 1758, culpan a estos bailes de las calamidades y sequías e incluso del terremoto de Lisboa que escandaliza el señor obispo “…porque los mozos y mozas de Gatón, tienen otro invento del infierno con nombre de juegos de prendas, el de LA MONA y el que llaman de PERICO PARDO que por tan sucios, abominables, lascivos y asquerosos que no quiero especificarlos por no manchar la tinta ni escandalizar con solo apuntarlo”6A.D.V. GATÓN, San Pedro, Mandatos.
Este exceso de celo por parte de los eclesiásticos, e igualmente las muchas prohibiciones de las Reales Cédulas dictadas también por el rey Carlos III, entre ellas las danzas y gigantones en las procesiones, acabaron con tradiciones muy arraigadas y por consiguiente con los músicos que las mantenían. Los tamborileros en nuestra provincia tenían los días contados, pero aun así se mantienen hasta los años veinte del siglo pasado. Los últimos documentados son el célebre Juan Fernández Chavosqui que acompañaba a distintas murgas y a la compañía de danzantes, los cabezotas, en los famosos carnavales de Rioseco suprimidos antes de la Guerra Civil; o Macario Rodríguez de Aguilar de Campos, quien tocó las danzas de Ceinos y Berrueces hasta los años treinta.
Tamborileros de Gatón
Tuvo Gatón en su tradición muy buenos maestros tamborileros. En 1602 aparece por primera vez el nombre de Francisco Sánchez, al que el Mayordomo de la Fábrica de la Iglesia de San Pedro pagó medio real por tañer las danzas. En 1606 se le dan cuatro reales, que se ven aumentados a doce en 1607 por contratarle también para el Corpus y el resto de fiestas principales de la villa.
A mediados del siglo XVII aparecen otros tañedores que ejercerían a su vez como formadores de las cuadrillas de danzantes. Lucas Martínez tenía el título de maestro y por ello preferente a cualquier otro tamborilero en el propio pueblo, y los Astudillo, una familia de varias generaciones que además regentaban la taberna. A ellos me referiré más adelante.
En 1822 la Cofradía de San Antonio de Padua admite como cofrade al tamborilero Alonso Delgado con la condición de: “…tocar la GRACIA y si por cuya casualidad no pudiese venir como por enfermedad pondrá de su cargo otra persona para que ejerza su oficio, por tanto, se le admitió con el dicho cargo y por que taña los instrumentos de esta cofradía y para que conste lo firmamos los abajo dichos por no saber firmar el expresado7A.D.P.V. Gatón de Campos. COFRADÍA SAN ANTONIO DE PADUA. Año 1822.
El baile de los mozos
Se muestra a continuación la transcripción de parte del contrato de los mozos de Gatón con Lucas Martínez, en 1633, para que les tocase el baile de los domingos y les enseñase algunas danzas. Lucas era maestro tamborilero y por lo tanto tenía preferencia sobre los otros que había en la villa. Había enviudado recientemente de María Vera, natural de Villabaruz. Un año después mantiene un contencioso con su cuñado Alonso por unas diferencias, pues se pedían ciertos maravedís y trigo de las cuentas que entre ambos hicieron por el fin y muerte de María.
El 27 de marzo de 1633, los mozos Diego Sánchez, hijo de Domingo Sánchez y Diego Marcos, hijo de Julio Marcos, difunto, vecinos naturales de esta villa contratan a Lucas Martínez, “…maestro de tamboril y estado y vecino en esta villa para venir a tañer los bailes en la casa del gobierno de esta villa, otras cuales casas o en la plaza de esta villa o donde se juntasen todos los domingos y fiestas de guardar, acudiendo con el tamboril a la plazuela de la iglesia el domingo siguiente y avisando a los dichos mozos el dicho maestro y yendo casa por casa como es costumbre” y en ganancia por su trabajo le han de dar los dichos Diego Sánchez y Diego Marcos y demás mozos de la villa veintiseis ducados los seis primeros para el fin de mes de abril, los siguientes diez ducados el día de Nuestra Señora de Agosto y los diez restantes el día que finaliza el contrato del año venidero. “…Si dichos mozos quisieran cualquier día algunas danzas le han de dar ocho ducados por cada una de ellas. A de poder irse fuera de esta villa el día de Nuestra Señora de Septiembre, un día de San Juan o San Pedro y un domingo o fiesta después de la Octava del Corpus”. Un año después, en 1634 serán los mozos Dionisio de Castro y Esteban Martínez los que vuelvan a contratar de nuevo al dicho Lucas Martínez con unas condiciones parecidas.
Contrato de los mozos de Villafrades con el tamborilero Hernando de Astudillo Ralla. Año 16339A.H.P.V. Protocolos, caja 18452/21, folios 92 y 93:
Hernando de Astudillo ”el joven”, descendía de una saga de tañedores de cierto prestigio en el pueblo de Gatón, pues su padre Hernando de Astudillo “el mozo”, también era tamborilero, e igualmente su abuelo Hernando, “el viejo”, que era el mesonero de la localidad y casado con Catalina Rodríguez, natural de Villafrades.
“…Scriptura del tanvoril. en 3 de abril de 1633. En la villa de Villafrades a tres días del mes de avrill de milll yseiscientos y treinta y tres años, ante mí el escribano Cleofás aparecieron presentes de la una parte Fernando de Astudillo tanvoril vecino de la villa de Gatón y de la otra Melchior Herrero moço hijo de Ssimón Herrero difunto vecino de la dicha villa criado de Juana Cascona viuda vecina de la dicha villa de Villafrades y Alonsso Veneitez moço hijo de Alonsso Veneitez el viejo y de Luis Pastor moço criado de Luis Sánchez vecinos de la dicha villa y dijeron estaban concertados y convenidos en la manera = que el dicho Fernando de Astudillo aya de venir y venga a la dicha villa de Villafrades a tocar el tanvoril para vaylar todas las fiestas de guardar y domingos que huviere desde oy día de la fecha de esta escriptura asta el dia primero de quaresma del año que viene de mil y seiscientos y treinta y quatro excepto los días del señor ssan juan de junio y ssan Miguel de septiembre deste presente año solo las dos fiestas sse quedan para el dicho Fernando de Astudillo si faltare algún dia de las demás fiestas aya de pagar y pague de pena el dicho Fernando de Astudillo por cada una de ellas ocho rreales y como sea se an de quitar y rrevajar del salario que se le diere que el dicho salario a de ser diez y nueve ducados en dinero pagados en esta manera; seis ducados para el dia la pascua de ressurreción de este abril y otros seis ducados para el día de Nuestra Señora de agosto así mismo de este dicho año y los siete ducados restantes para el dicho día primero de quaresma de dicho año de mil y sseiscientos y treinta y cuatro que es cuando el dicho Fernando de Astudillo tanvoril a de servir y cumpliendo de su parte con lo susodicho los dichos Alonsso Veneitez, Luis Pastor y Melchor Herrero moços dixeron que se lee y savian y empeñaron con sus dicho y vienes muebles (…) por ver juntos juntamente y demás común renunciando como renunciavan a las leyes como de común comunidad en forma según es como en ellas se contiene de dar y pagar y que pagaremos al dicho Fernando de Astudillo tanvoril o a quie su poder huviere los dichos diez y nueve ducados en dinero a los plazos arriba declarados pena de excomunión y costas que se causasen. El dicho Fernando de Astudillo (…) venga y vengo con su persona y vienes muebles raíces ávidos y por ver de venir y que vendrá a tocar a dicha villa todos los domingos y fiestas de guardar que uviere desde oy dia de la fecha asta primer dia de quaresma del dicho año de mil sseiscientos y treinta y cuatro a tocar el tanvoril para vailar excepto los dichos días de Ssan Joan y Ssan Miguel y si faltare algún día de las demás fiestas pagara de pena por cada uno que faltare los dichos ocho reales los se le revajen de su salario o no lo cumpliéndolo ha de pagar las costas necesarias (…) y ambas partes cada una por lo que ella tocase dijeron daban todo suyo o de ser cumplido pa el ejercicio (…) y con su favor y en general forma creyeron señores firmantes: D. Luis descovar, Joan Maroto y valtasar Cavallero y el dicho Melchor Herrero por los demás porque dijeron no sabían escrvir a su ruego como escribano Antonio Santos”. Siguen las firmas de Melchor Herrero y Luis descovar.