En recuerdo a Librado Rogado

(Campo de Peñaranda 1928- Valladolid 2022)

El otro día recibí una llamada de mi amigo Fran quien me comentó que desde el grupo de danzas Ribera de Pisuerga se estaba organizado un acto de homenaje a Librado para el sábado 2 de diciembre y me invitó a preparar algo para leerlo durante la ceremonia. Un pequeño problema de salud me impide estar presente en el evento pero con estas líneas quiero, de esta forma tan singular, sumarme a dicho acto de homenaje.

Fue, el maestro Rogado, una persona dotada de unas habilidades y recursos técnicos extraordinarios para poder tocar cualquier instrumento musical: saxo alto, saxo tenor, clarinete, piano, percusiones… pero quizás porque desde niño vivió la tradición en el hogar familiar, fundamentalmente lo era de la dulzaina, un instrumento duro y con ciertas limitaciones, “el más difícil de los que yo toco” solía decir.

En sus interpretaciones musicales demostraba, además de una técnica virtuosa, una capacidad expresiva pocas veces vista. En algún certamen le vi tocar: “Coro de los Esclavos” de la ópera Nabucco de Verdi; o “Ave Maria” de Schubert; el “Sitio de Zaragoza” de Cristóbal Oudrid (le encantaban los temas militares); o algunas composiciones propias cómo “Capricho de Dulzaina” con una sensibilidad y elegancia fuera de lo común en un dulzainero.

Fiestas de Aldeaseca de la Frontera (Salamanca). Año 1953.

Sobre este tema comentó Librado durante un homenaje que se le hizo en Folk Segovia 95 lo siguiente: “…Cuando toco con la dulzaina algo que no es una jota o algo regional, la gente se piensa que estoy cometiendo un sacrilegio. Y no es así. Porque la dulzaina es el instrumento del pueblo, el que se tocaba en el baile y con él se hacían todos los ritmos”. En el fondo lo que trataba de demostrar con estas piezas, que solía ejecutar en eventos y certámenes, era la versatilidad y posibilidades de la dulzaina cromática con la que defendía que se podía tocar de todo. Algo que ya había hecho en 1889 el maestro Velasco cuando presentó a los vallisoletanos la invención del instrumento, con el que interpretó, durante las noches del 29 y 30 de noviembre, más de una veintena de piezas de música clásica.

Antonio y Librado Rogado

Cuando más de cerca conocí a Librado fue en sus últimos años de vida, ya alejado de cualquier instrumento musical y del ambiente tradicional y folklórico. La cruel e irreversible enfermedad de su esposa María, por la que sentía tal predilección que, llegada la hora de elegir, decidió abandonar su instrumento preferido por estar a su lado, provocó en el maestro algunos síntomas de deterioro en su salud emocional que poco a poco se fueron agravando.  “Si no es por la enfermedad de mi madre te puedo asegurar que mi padre aún estaría tocando la dulzaina o embarcado en algo relacionado con ella”; me comentaba recientemente su hijo Cristóbal.

Transcurrido un año y medio del fallecimiento del maestro, los suyos siguen echándole de menos y le recuerdan con actos como el organizado por el grupo de danzas Ribera de Pisuerga, agrupación para la que tocó desde su fundación. Demuestran el cariño y reconocimiento del mundillo del folklore y de gran parte de la sociedad vallisoletana, aunque bien es cierto que, en estos, se echa en falta el interés y compromiso de algunos organismos que están en deuda con su figura, pues fue Librado un gran embajador del folklore al acompañar a muchos de los grupos de danzas de nuestra ciudad en Europeades u otros festivales internacionales y actos como la inauguración y “Día del Honor” del pabellón de Castilla y León en la Exposición Universal de Sevilla en 1992.

Todos los dulzaineros que he conocido se dirigían siempre a él con gran admiración y respeto y por ello no es de extrañar el selecto grupo de buenos dulzaineros y cajas que actuarán este sábado en homenaje y memoria del “Maestro” Librado. Jóvenes dulzaineros de esta revitalizada dulzaina que tratan de aprender de su estilo del que, años atrás, ya apuntaba Joaquín Díaz: “…Si hay un hecho que haya influido decisivamente en la revitalización de la dulzaina, además de la proliferación de escuelas, ha sido sin duda la recuperación de las figuras que bebieron de fuentes tradicionales anteriores a la última guerra civil; y éste ha sido el caso de Librado Rogado, hijo a su vez de dulzainero, quien separado por distintas razones durante años de la dulzaina, ha venido al cabo a reencontrarse con el pasado y con la tradición. Pero lo ha hecho con una importante experiencia acumulada a su paso por distintas formaciones musicales y al contacto con otros instrumentos diferentes. Ello ha dado como resultado la creación de un estilo Librado, fácilmente reconocible, que convierte a este intérprete en uno de los maestros vivos.»

Apuntes biográficos

Librado al bombo en Alconada (Salamanca). Año 1941.

Librado Rogado nació en Campo de Peñaranda, Salamanca, en 1928, en el seno de una familia de músicos. Su padre, Antonio “el Gordito”, tocaba la dulzaina y compaginaba con el oficio de zapatero y agricultor, al igual que su abuelo. A los ocho años, Librado ya acompañaba a su padre o hermanos por los pueblos del contorno en fiestas y procesiones tocando por poco más que la comida. Se había convertido en el bombista de la familia.

Librado a la edad de 14 años

Es a la edad de doce años cuando se propone estudiar en serio con la dulzaina, pues se sentía atraído en cuerpo y alma por la música tradicional, y comenzó a aprender el lenguaje musical de la mano de su padre que según palabras del propio Librado: “…sabía mucha música y tocaba maravillosamente la caja y fiscorno”.  Como la competencia era mucha, pues en el pueblo había tres grupos diferentes que tocaban la dulzaina decide formar una pequeña orquesta con sus hermanos Alejandro, Luis y Antonio, “Los Gorditos”.

Músico militar

Su carrera como músico militar comienza a los 18 años de edad e ingresa, como educando de clarinete -equivalente a soldado de segunda clase- en una banda que amenizaba los espectáculos y paseos de las fiestas de Peñaranda: la de infantería La Victoria de Salamanca, entonces dirigida por D. Francisco San Pablo Albín. Al poco tiempo aprobó, habiendo sido el número uno de su promoción como músico de tercera, similar a cabo primero, y fue destinado a Santander como caja y clarinete hasta que se licenció en 1949; por no haber plazas para ascender quedó en la reserva como músico militar y pendiente de promocionar.

Banda militar en San Vicente de la Barquera (Santander). Año 1949.

Una vez licenciado regresa al pueblo, en plena etapa de decadencia de la dulzaina y forma junto a otros músicos una orquestina en la que tocaba el saxo y hacía todos los arreglos de las canciones de moda. Se plantea entrar en la “Banda de Franco”, antigua Guardia de Alabarderos considerada como una de las mejores bandas militares, para lo que tuvo que acceder al cuerpo de la Guardia Civil. Tras ingresar en la Academia militar de El Escorial como director de la banda de Cornetas y Tambores, acudió al Conservatorio de Madrid donde tenía por compañero al compositor y saxofonista Pedro Iturralde. Luego pasó algún tiempo destinado en Llanes (Asturias), pero al no encontrarse cómodo pidió la licencia y puso fin a su etapa de música militar.

Orquesta "MarAzul" de Llanes. Año 1972.

Más de una década residiendo en la Villa de Llanes dieron mucho de sí. A mediados de 1964 Librado Rogado formó un grupo musical conocido como “MarAzul” compuesto por profesionales de la música, donde compartían actuaciones por diferentes salas de baile y verbenas típicas de las localidades limítrofes y en la provincia. Con el tiempo las actuaciones se fueron implementado, dado el grado de profesionalidad y variedad musical que desplegaban en cada actuación. La combinación de instrumentos de viento, cuerda, teclado, percusión y voces fueron un acierto. “Las voces de todos y una”. Digo bien, porque Librado también hacía con la voz de las suyas.
Fue un antes y un después, ya que con anterioridad a la creación del grupo por Librado, la mayoría de los conjuntos musicales que acudían al Concejo de Llanes y provincia venían de Galicia o de la capital Ovetense. A día de hoy, es tal el recuerdo que dejaron en la Villa y el concejo de Llanes que siguen plasmando las imágenes del pasado en Facebook.

Documento identificativo de musico profesional

Mientras tanto en el año 1954 se había casado con María Sánchez Cosmes, natural de Macotera con la que tuvo cuatro hijos: Ignacio, Virtudes, Cristóbal y Covadonga, todos dotados para la música, aunque la única que continuó con ella sería la pequeña Covadonga quien durante algún tiempo acompañó a su padre con el piano en algún festival, y hoy día aún continúa dirigiendo un coro.

Boda de Librado Rogado y María Sánchez

Los grupos de danzas

A los 44 años decide buscar nuevos horizontes y regresa a Castilla instalándose en Laguna de Duero (Valladolid) donde encuentra trabajo en el Departamento de Seguridad de Fasa Renault. Retoma la dulzaina, y para tocar a dúo se asocia con un dulzainero segoviano, Juanjo Garcillan, compañero de trabajo de su hermano Antonio, y decidieron formar Los Castellanos; “Reincorporarme a la música tradicional ha sido una de las mayores satisfacciones de mi vida de músico” le comentaba años después a José Delfín Val.

Grupo de danzas de Galerías Preciados con Librado, Antonio y Juanjo.

Al poco tiempo un festival en la plaza de toros de Tudela de Duero para el que estaban contratados por el Ayuntamiento como dulzaineros puso en contacto a Librado con los grupos de danzas vallisoletanos. Era el único que había entonces, el de Galerías Preciados “…nos habían dicho que no lleváramos dulzaineros, que tenían ellos. Llegamos allí y estaban esperándonos Juanjo, Librado y Antonio, a los que no conocíamos. Sólo se sabían dos o tres jotas de las que bailábamos; entonces le comenzamos a tararear a Librado los temas que teníamos preparados y fue tomando notas y elaborando unas partituras de una manera improvisada y así comenzamos a bailar, sólo le teníamos que hacer una seña para las repeticiones. Nos impresionó. Nos lo pasamos fenomenal, pues Juanjo que bailaba muy bien nos enseñó algunos pasos de jota” Así me cuentan la anécdota Lourdes y María Jesús, dos de las integrantes de aquel grupo.

Ahí comenzó una relación que duró más de diez años con el grupo social de los grandes almacenes y a raíz de ese salieron otros como Espadaña y Castilla Joven, tras su extinción, algunos de los que fueron apareciendo y les solicitaron sus servicios fueron: Raíces Castellanas, Ribera de Pisuerga, Mies y Barro, Aula de danza del Ayuntamiento de la Virgen Niña, Castill-Delicias y esporádicamente Pisuerga Huerta del Rey; “…nos hicimos bastante populares y hacíamos muchas actuaciones; en 1983 hicimos 93 actuaciones” relata Juanjo en una entrevista periodística.

Grupo de danzas Ribera de Pisuerga con Librado y su hermano Antonio. Año 1988.

Como profesor, impartió clases de dulzaina durante diez años en el Centro Segoviano de Valladolid y durante ocho en la de Laguna de Duero desde 1993. Siempre tenía un consejo y la palabra oportuna a cada uno de sus alumnos. Entendía que un buen músico tiene que saber solfeo y las clases que impartía eran de lenguaje musical e instrumento.

Escuela de dulzaina de Laguna de Duero (Fotos Preciados. El Norte de Castilla).

Todo lo relacionado con la música tradicional era de su interés. Atendía las muchas solicitudes que le hacían llegar para intervenir en festivales, certámenes, homenajes y actos oficiales, a los que siempre solía acudir para promocionar la dulzaina; homenajes a Pedro Mansilla, Francisco del Pozo “Pachín”, Victorino Amo, Silverio, Agapito Marazuela, Mariano Contreras, Constantino y Ángel Marcos “Los Melgos”, etc; y certámenes de dulzaina de San Rafael, Mata de Cuellar, Toro de Vega, Villalar, Folk Segovia, etc.

El dulzainero formó parte del grupo Abrojo Folk. Los conocimientos musicales de Librado le permitían la interpretación de cualquier tema y así sucede con la emotiva interpretación del Himno de Segovia con dulzaina que deleitó al público, en un festival de música folk en que actuaba este grupo, tras lo cual el alcalde le hizo entrega de un CD con los himnos de San Frutos y de la Virgen de la Fuencisla para que los escuchara.

Compositor

Librado destacó como compositor de pasacalles, jotas, boleros, tangos, pasodobles… Con Tecnosaga, para la serie La Dulzaina, volumen 9, editó en 1987 un casete con catorce piezas de temas tradicionales (corridos, jotas, habas, charradas, mudanzas, revoladas, dianas y pasacalles) con un prólogo de Joaquín Díaz: “Quien piense que la dulzaina es un instrumento limitado se equivoca; basta con escuchar esta grabación para comprobar la cantidad de recursos y posibilidades que puede ofrecer el instrumento cuando el intérprete es un experto. La misma consideración cabría en lo que respecta al repertorio, actualmente estancado y limitado por la fácil jota y en otro tiempo tan rico y variado. Si hay un hecho que haya influido decisivamente en la revitalización de la dulzaina, además de la proliferación de escuelas, ha sido sin duda la recuperación de las figuras que bebieron de fuentes tradicionales anteriores a la última guerra civil; y éste ha sido el caso de Librado Rogado”. Esta misma discográfica vuelve a grabar a los hermanos Rogado en 1995 para: “El sonido de la Dulzaina”

En el año 2003 grabó 20 temas de jotas de composición propia relacionadas con los ríos castellanos inspirado en la idiosincrasia de cada ciudad y provincia y en el recuerdo que tiene de estas tierras y sus gentes.

Los premios y reconocimientos por su trayectoria son numerosos: del pueblo de Laguna de Duero junto a Jonás Ordoñez, 1992 y en solitario en 2009; Folk Segovia, 1995; Mata de Cuéllar, 2008; Un Día de Fiesta, 2015; el homenaje del Centro Segoviano de Valladolid por su trabajo dedicado a cultivar, promocionar y enseñar el arte de la música a través de la dulzaina; y, la investidura como cofrade de mérito de la Cofradía de los Vinos y las Viandas de Castilla y León, en la que jocosamente soltó la siguiente frase: “Llevo soplando desde los 12 años”.

Librado acompañado por José Yuguero, Pedro Pérez y Florencio.

A lo largo de su carrera vallisoletana formó pareja, además de su hermano Antonio, con José Gutiérrez Yuguero, Florencio y Pedro Pérez.

En sus últimos años su cuerpo se fue desgastado poco a poco por la enfermedad que le aquejaba y la pérdida de su mujer. Librado Rogado falleció en el centro de mayores El Mirador de Tudela de Duero el día 23 de julio de 2022, a los 93 años.

El folklore castellano perdió a una persona que luchó por mantener viva la música de nuestra tierra: “Los castellanos debemos sentir nuestro folklore al igual que lo sienten los ciudadanos de otras regiones”. Estamos ante uno de los dulzaineros vallisoletanos, junto a Jesús García, más importantes de la segunda mitad del siglo XX.

Librado a la bateria acompañando a Juanjo

Para terminar, quiero mostrar mi más sincero agradecimiento a la familia Rogado y especialmente a Cristóbal por su disponibilidad y la información facilitada en estos días para completar esta biografía.

Fotografías familiares cedidas por Cristóbal Rogado.

Fuentes:

  • Entrevista a Librado Rogado por Rafael Gómez, Francisco García y Marta Gómez (2005).
  • Hemeroteca y prensa histórica
  • Dulzaineros y redoblantes. Autor: José Delfín Val. Castilla Ediciones, 2002.
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