La sacristía contiene en su interior un Cristo1Escultura de Cristo crucificado en madera policromada de mediados del s.XVI, que como es habitual en su época muestra el interés del autor por el estudio anatómico y la búsqueda de un cuerpo apolíneo. El rostro ligeramente caído hacia el lado izquierdo, muestra aún rasgos de agonía, como los ojos entreabiertos, a pesar de ser un Cristo ya muerto, y está enmarcado por el cabello dispuesto en mechones apelmazados, que cae sobre el hombro derecho, y deja libre el izquierdo al estar recogido tras la oreja derecha como es habitual en los crucificados de su época. El torso fue cuidadosamente tallado para conseguir la sensación de un cuerpo consumido por el martirio y tenso al estar colgado de una cruz. Esta misma tensión se aprecia en los brazos que soportan el peso del cuerpo. Las piernas son robustas y, sin duda, la mayor dificultad por la que pasó el autor que no supo resolver con soltura fue la postura forzada del clavo único para los pies. La desnudez está cubierta con un velo de pureza anudado en el lado derecho donde deja caer suavemente la tela que pende del nudo. El detalle más interesante de la obra es el hecho de como el autor, deseoso sin duda de seguir los gustos imperantes en el renacimiento, pone todo su interés en conseguir un buen estudio anatómico, que logra en el torso, pero que no rompe al no saber superar con soltura la postura forzada de las piernas, claramente desproporcionadas, lo mismo que los pies. Este mismo problema presentan los brazos demasiado largos en comparación con el tronco.de mediados del siglo XVI que procede de la desaparecida capilla y cripta del Cristo de la Cruz2La Capilla del Cristo de la Luz estaba situada en la calle a al que da nombre y pertenecía a su Cofradía de la Vera Cruz que además tenía un hospital y panera anejos a ella. La primera noticia sobre ella nos la aporta el testamento de Juan Cándamo, alcaide del castillo de Trigueros y su valle en 1564. El Obispo Cuadrillero, muy dolido con la villa por el tema de la iglesia, decide en 1778 suprimir algunas cofradías de mucho arraigo y tradición, argumentando los excesos de los hermanos en comidas y refrescos, provocando con ello un enfrentamiento de la iglesia con los vecinos y especialmente con los cofrades de la Cruz que ven despojados de sus propiedades que les habían llegado de donaciones de devotos del pueblo. Las cofradías afectadas por dicha orden son: Grijas Albas, formada por pastores, la ya señalada Vera Cruz. fundada en la Capilla de la calle del Cristo y la de los Mártires, integrándose todas sus propiedades en la Capellanía de San Ildefonso. Posteriormente sería la del Rosario cuyas propiedades pasan al Hospital de los Santos. En ella además de este Cristo de autor desconocido estaba un San Benito articulado que actualmente se encuentra en el Museo Parroquial.. En una hornacina de la pared derecha destaca un San Antón (San Antonio Abad) (105 cm)3También según un inventario de la Iglesia de Santa María de Grijas Albas de 1689 una imagen de este santo presidía uno de sus altares., obra muy interesante que se atribuye al escultor terracampino del siglo XV Alejo de Bahía y cuya posible procedencia fuera de un retablo de la Iglesia de San Pedro que pertenecía al priorato de benedictinos ya que se le tenía muchísima devoción. Encima de la cajonera izquierda encontramos una talla restaurada de la Virgen del Rosario (95 cm) que data del s. XVI, y tenía corona de 10 onzas y rosario de azabache4Mucho se ha investigado sobre los comienzos de esta devoción, pero generalmente se atribuye su institución a Santo Domingo de Guzmán, quien la habría recibido de la Virgen como arma poderosa contra la herejía albigense. En España fue extendido en el siglo XV por la predicación de San Álvaro de Córdoba, mientras que concretamente en Castilla fue difundido por el dominico Juan Agustín. Después fueron las cofradías quienes propagaron el ejercicio piadoso a nivel popular. Toda la devoción del Santísimo Rosario está animada por la idea y por la confianza en la protección mariana. Protección contra las herejías y epidemias, contra males espirituales y temporales, contra enemigos del alma y cuerpo, contra adversos del mundo cristiano y del mundo eterno. La Virgen del Rosario de gran arraigo en nuestro país ofrece representaciones muy diversas. En Valladolid y provincias limítrofes, el modelo casi exclusivo que encontramos es el de imagen de culto como esta de Villafrades. Se trata de una figura esbelta, vestida con larga y pesada túnica, de alto talle ceñido por cíngulo y manto; telas policromadas a base de colores inmaculados y motivos florales que se integran en un radiante dorado. En la mano derecha debió de llevar un rosario, postizo, como era de costumbre en la escuela castellana del siglo XVIII, invitando al fiel a recitar el rosario que le ofrece, y con la otra sostiene a Jesús Niño, que vestido con túnica de quebrados pliegues, porta la bola del muro en la mano izquierda..
Y un bonito bargueño colonial también del siglo XVIII con labores de taracea y vistas de ciudades, pájaros e instrumentos musicales en sus cajones. Este escritorio fue exhibido durante la exposición temporal «Comercio y finanzas en tiempos de Felipe II» que tuvo lugar en el Archivo Gernal de Indias (Sevilla) del 8 de febrero al 21 de abril de 2019.
Esta es la ficha elaborada por Antonio Sánchez del Barrio, director del Museo de Ferias de Medina del Campo:
Anteriormente existía una rica cajonería de nogal que fue reparada en 1755 y un arca conocido como el de los «huevos de oro».