En Tí confío. Devoción popular en Villafrades

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es tan antigua como el Evangelio y se considera que San Juan Evangelista, el más joven de sus Apóstoles y su discípulo preferido fue su primer devoto. En su forma más reconocible, arranca de 1675, fecha en que Jesucristo se le manifestó a la religiosa francesa Santa Margarita María de Alacoque mostrándole su corazón abierto. Según su testimonio el mencionado corazón estaba rodeado de llamas, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y del interior emergía una cruz.

La propagación en España se remonta a 1733, y está ligada a la Compañía de Jesús y a la labor de las misiones populares que extendieron la devoción por todo el territorio nacional. En Valladolid, el jesuita P. Bernardo de Hoyos tuvo una visión de Jesucristo, en la que le hizo saber que su Corazón reinaría en España con más devoción que en otras partes, lo que se conocerá a partir de entonces como la Gran Promesa. Esta fue impulsada de forma decidida por Roma, especialmente por el Papa Pio IX, quien en 1872 concedió una indulgencia de 100 días, a todos los fieles que llevasen el emblema piadoso y rezaran un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Instauró su fiesta el primer viernes después del Corpus Christi.

EL PADRE HOYOS

La gran promesa

El beato Bernardo Francisco de Hoyos nació en Torrelobatón el 21 de agosto de 1711 donde su padre ejercía de secretario de Ayuntamiento. Estudió en los colegios jesuitas de Medina del Campo y Villagarcía de Campos. En septiembre de 1731 pasó a estudiar Teología en el Colegio de San Ambrosio de Valladolid, actual Santuario Nacional de la Gran Promesa. Allí conoce el culto al Corazón de Jesús y tiene las experiencias místicas, recibiendo la gran promesa en 1733 que le llevará a su difusión por toda la nación: “Reinaré en España y con más veneración que en otras partes”.

Sin haber llegado a la edad necesaria para ser sacerdote, sus superiores pidieron una dispensa especial, con la que pudo ser ordenado presbítero el 2 de enero de 1735. Cuatro días después celebró su primera misa en el Colegio de San Ignacio de Valladolid, hoy iglesia de San Miguel y San Julián. Pocas semanas después enfermó de tifus, falleciendo el 29 de noviembre de 1735 con sólo 24 años. Sus restos fueron enterrados en ese mismo edificio y después trasladados, sin que se sepa actualmente su paradero. Fue beatificado el 18 de abril de 2010. Son muchas las gracias extraordinarias y curaciones que se atribuyen a la intercesión del Padre Hoyos.

ASOCIACIÓN APOSTOLADO DE LA ORACIÓN DE VILLAFRADES

El culto al Corazón de Jesús gozó en Villafrades de una sólida tradición. Históricamente ha sido un pueblo muy devoto que llevó durante muchos años una celebración espléndida de su fiesta. Comenzaba con la exposición de la imagen para que presidiese el octavario de preparación, que colocaba sobre las andas el sacristán; y comunión muy numerosa todos los días. La fiesta se celebraba con Misa Mayor, amenizada por el organista, y sermón de algún padre orador del Corazón de María. Por la tarde se recorrían las calles del pueblo con una solemnísima procesión general.

No es una congregación ni una cofradía propiamente dicha, sino una liga piadosa de celo y oraciones a la cual son invitados a inscribirse todos los cristianos del pueblo. La intención del párroco era difundir cada vez más la devoción al Corazón de Jesús a través de la oración. Pronto se inscriben en ella y entran en masa la mayor parte de los hombres y mujeres de la villa que apuntan a sus hijos nada más tomar la comunión.

La creación del Apostolado de la Oración se produce en 1844 por jesuita Francisco Javier Gautrelet quien la fundó en Vals, Francia. Fue un instrumento fundamental para la propagación de la devoción al Sagrado Corazón y en 1889 llega a Villafrades de la mano del cura D. Andrés Rodríguez quien con unos cuantos devotos fundan la Asociación Apostolado de la Oración del Corazón de Jesús de Villafrades.

No existe el libro en el que estaban los documentos justificativos de la institución canónica de esta asociación, que se funda oficialmente el día 3 de marzo de 1889, pero se conoce que era preciso el pedir permiso al Ordinario cuya concesión debió constar por escrito en dicho libro. Por una copia redactada en 1912 sabemos que la solicitud fue elevada al Sr. Obispo por el párroco D. Andrés Rodríguez con fecha de 28 de enero de 1889 pidiendo licencia para erigirla, y se concedió dicha autorización por un decreto del Obispo fechado el 31 del mismo mes y año.

También figuraban en el mismo libro unos estatutos redactados por el citado párroco por los que se regía.

Estandarte del Apostolado de la Oración de Villafrades de Campos

Existe otro libro en el que figuran literalmente copiados estos documentos por D. Manuel Gangoso el 18 de junio de 1912 que dice así: “Estatutos del Apostolado de la Oración. En la villa de Villafrades de Campos a once de junio de mil ochocientos noventa y tres yo el infrascrito cura párroco de la única iglesia de San Juan Evangelista de la expresada, director del Apostolado de la Oración establecido en la misma canónicamente según el Diploma que me remitió el Sr. Director Diocesano D. Marcos Marcelino del Rivero; deseando promover cada vez más el Culto del Sagrado Corazón de Jesús y que reine el buen orden en la Asociación para bien y provecho espiritual de todos los asociados formulo los siguientes estatutos…»

«Artículo 1º El Apostolado de la Oración es una obra piadosa cuyos miembros trabajan por acrecentar en sí mismos y en los prójimos el amor de la oración conformándose con los deseos y el ejemplo del Sagrado Corazón de Jesús que siempre vive intercediendo por nosotros. Finalmente, para atender al mayor esplendor y culto del Sagrado Corazón de Jesús cada uno de los asociados contribuirá con diez céntimos de peseta mensualmente que entregará a la celadora al recibir la papeleta quien a su vez lo hará a la tesorera que habrá de rendir cuentas anualmente al sr. director a presencia de la junta de la misma las que vistas, reconocidas y aprobadas por dicho señor, serán firmadas por él en unión de las señoras presidenta y secretaria de la Asociación. Leídos que les fueron estos Estatutos los aceptaron y se obligaron a su más exacto cumplimiento y para que conste firmo fecha in supra =Andrés Rodríguez= Y en fe de estar copiados literalmente estos estatutos y ser en todo conformes con el original a que en caso necesario me remito firmo la presente en Villafrades a diez y ocho de junio de 1912”.

La falta del primer libro nos impide conocer sus primeros pasos y las efemérides religiosas celebradas, aunque se supone, como sucede en otros pueblos, fuera saludada y acogida por el pueblo con general aplauso y férvido entusiasmo.

Desde aquel momento la obra del Apostolado de la Oración comenzó a funcionar y desarrollarse más cada día desplegando incesante actividad. Presidida por el cura párroco como director y, aunque era mixto, siempre los cargos directivos ejercidos por mujeres. En 1915 se compraron las andas con su cajón por 90 pesetas; y poco después se decide abrir una suscripción popular para costear la confección del “antependium” o frontal de altar que se colocaba durante el mes de junio para decorar la mesa del Altar Mayor que fue realizado en sedas y lienzos pintados por Guadalupe Gallo en 1921. Es la época de las apariciones de Fátima y cuando se difunde la devoción al Corazón de María que se presenta ligada a la devoción al Corazón de Jesús cómo muestra la pintura.

Frontal de altar de Villafrades con los Corazones de Jesús y María. Año 1921.

La devoción al Sagrado Corazón cobró auge tras estas apariciones de 1917 y mucho más con las misiones claretianas y las abundantes esculturas adquiridas por suscripción popular en este pueblo. Se organizaron solemnes procesiones realzadas con las casas engalanadas con colgaduras y altares adornados y un continuo repiqueteo de campanas acompañando los cánticos populares cómo: “Corazón santo”, “Dueño de mi vida”, “En vos confío”, “Corazón abierto”, etc. en el discurrir de la procesión. Esto motiva el que se encarguen un par de “pascualejas” o “pimporrillos” para repicar a gloria en esta fiesta y que también se hicieran uso de ellas en otros toques de la villa. Fueron hechos por el fundidor Manuel Quintana en 1950 uno por el Sagrado Corazón y el otro por D. Rodrigo Fernández.

En 1930 se restaura la imagen titular del Sagrado Corazón por 250 pesetas; en 1943 un estandarte nuevo, que esté en sintonía con el frontal de altar, por 1.025 pesetas y se arreglan las horquillas. Tres años después, en 1946 se adquieren las dos insignias de metal plateado por 425 pesetas; en 1949 se colocan los tronos por 366 pesetas con 20 céntimos, mas 27 pesetas de la peana, para ello se realiza una rifa de un crucifijo. Su momento de máximo esplendor se alcanzaría entre 1900 y 1970.

Entre finales del siglo XIX y mediados del XX, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, proclamada por Bernardo de Hoyos, se consagró como una manifestación importantísima de la devoción popular villafradeña que condujo a muchos religiosos de nuestro pueblo a formar parte de los claretianos que difundieron la devoción al Corazón de María como los hermanos Medina o Epifanio Ramos.

Insignia del Sagrado Corazón de Jesús de Villafrades

USO POLÍTICO DEL SAGRADO CORAZÓN

La Corona se sumó pronto a esta corriente de devoción al Sagrado Corazón desde el primer momento y el rey Felipe V envía una carta al Papa Benedicto XIII en 1727 pidiendo misa y oficio propio para el desarrollo y engrandecimiento de este culto en todos sus reinos. Sería a lo largo del siglo XIX, denominado por algunos autores “Siglo del Sagrado Corazón de Jesús”, cuando puede considerarse definitiva su consolidación. Carlos VII, empeñado en establecer un orden social cristiano, el 16 de junio de 1875 en Orduña (Vizcaya), territorio que estaba en manos de los más conservadores y apostólicos del carlismo, consagra España al Corazón, y lo inserta en la bandera.

En nuestro pueblo se acogía con entusiasmo la iniciativa pontificia de construcción de un monumento nacional en el cerro de los Ángeles en 1919 e inaugurado por el rey Alfonso XIII, en el centro geográfico de España. Ese monumento no sería sino el primero de otros muchos que empezaron a levantarse por todo el territorio nacional, como la Basílica de la Gran Promesa, de Valladolid; el Templo Nacional Expiatorio del Tibidabo, en Barcelona, o el del cerro del Otero de Palencia en 1930 con las manos extendidas protegiendo simbólicamente a la ciudad por suscripción popular.

Muy común era por esta zona que presidiera la entrada del Ayuntamiento una imagen del Corazón de Jesús como se puede ver hoy en Gatón. También en Villarramiel, con motivo de la colocación de la estatua en la Casa Consistorial en 1924, se organizaron unos festejos religiosos en los que predicó el elocuente y poético orador villafradeño el R.P. Pablo Medina ante las autoridades asistentes. Por la tarde, después del rosario y una vez terminada la procesión, con toda solemnidad, fue descubierta y bendecida la efigie, leyendo el alcalde la consagración del pueblo al Sagrado Corazón.

Hornacina con la imagen del Sagrado Corazón de la Casa Consistorial de Gatón

El gobierno de José Canalejas, de orientación liberal, pretendió entonces reforzar el carácter laico del Estado emprendiendo una serie de reformas religiosas, con leyes como la famosa “ley del Candado” que motivaron una agresiva y multitudinaria respuesta por parte de los estamentos conservadores. Durante la Segunda República el Apostolado de la Oración de Villafrades tiene que pedir permiso para poder realizar la procesión.

Tras la Guerra Civil, la celebración del Corazón de Jesús se realizó en aquellos años con gran solemnidad en casi todos los pueblos de España, donde además se habían multiplicado sus imágenes, tanto en iglesias como en los hogares.

La devoción al Sagrado Corazón fue instrumentalizada políticamente primero por el Carlismo quienes llevan los legendarios detentes para pedir la protección divina ante el peligro de las balas enemigas durante la primera guerra carlista de 1872 a 1876 y posteriormente por los soldados requetés en la Guerra Civil como objetos mágicos antibalas.

Bandera de España con el Sagrado Corazón según la consagración que hizo Carlos María de los Dolores, y usada posteriormente durante las guerras españolas por los Carlistas y el Requetés. Fuente: Wikipedia

EL MENSAJERO DEL CORAZÓN DE JESÚS

Un momento clave para la devoción fue la publicación por parte de los jesuitas en 1866 de la revista El Mensajero del Corazón de Jesús, como órgano del Apostolado de la Oración, y que pronto alcanzaría una gran difusión al que posteriormente se suscribirían algunos hijos del pueblo. En 1877 el Apostolado de la Oración, introdujo el uso de los escapularios e insignias del Sagrado Corazón, proporcionando directrices en cuanto a las características que deberían poseer. Estos escapularios constaban de dos partes, unidas por unas cintas o cordones, y, a diferencia de los detentes, se disponían de forma visible sobre la ropa.

La revista «El Mensajero del Corazón del Jesús», fue editada por la Compañía de Jesús en 1861. Nació, en Francia, la primera publicación para promover la devoción al Corazón de Jesús. En 1915 se creó en España la editorial Mensajero, actualmente dentro del Grupo de Comunicación Loyola, que edita esta revista, libros católicos, etc. Comienza en la vida individual prosigue en la vida familiar, y estas influirán en la sociedad y así se alcanzará el reinado social del Corazón de Jesús.

Pronto publicaciones similares surgieron por todo el mundo. Además de la edición española de «El Mensajero» (1866), se crearon otras revistas que difundieron esta devoción: «Tibidabo»; «Reinado Social del Sagrado Corazón» fue fundada en 1917 y editada hasta la Guerra Civil; y entre 1937 y los años 70 se publicó «Reinaré en España», oficial del Santuario Nacional de la Gran Promesa en Valladolid.

CONTENIDO DE LA EXPOSICIÓN

LAS PLACAS EN LAS PUERTAS

Desde finales del XIX se introduce la costumbre de las placas con la imagen del Sagrado Corazón clavadas en las puertas de las casas, conocidas en un principio como “Escudos”, y acompañadas a veces de una leyenda alusiva a la bendición de la casa.  Tal costumbre experimentó un empujón al conceder el obispo de Vich, fundador de El Mensajero del Corazón de Jesús, indulgencias a quienes exhibieran en sus casas medallones con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, y pronunciaran jaculatorias al contemplarlas. Fue promovida con gran entusiasmo por Mateo Crawley-Boevey y Murga, conocido como el apóstol de la entronización del Corazón de Jesús en los hogares.

En Villafrades, estas placas tuvieron como fin hacer pública y permanente la devoción que tenía al Corazón de Jesús aquella familia que las colocaba en su casa. Su colocación fue masiva en nuestro pueblo y hasta hace pocos años aún se podían ver en alguna de ellas.

LOS DETENTES DE LOS DANZANTES

El «Detente» es un pequeño emblema con la imagen del Sagrado Corazón, al que normalmente acompaña la cita: «Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo», y que se puede llevar sobre el pecho, colgado al cuello o prendido de la chaqueta, aunque lo más común es llevarlo a la altura del corazón.

Según algunas fuentes, el origen de escapularios con la imagen del Sagrado Corazón se remonta a la epidemia de peste que asoló Marsella en 1720, cuando una religiosa de la ciudad propuso que la mejor protección contra la peste sería llevar sobre el pecho la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, propagándolo entre todos los habitantes de la ciudad, que pronto pudieron comprobar los efectos al mitigarse la epidemia.

En 1873 un artículo publicado en El Mensajero del Corazón de Jesús menciona por primera vez la palabra “detente” para referirse a unos trozos de tela bordados con la leyenda “Detente Bala” que llevaban junto al corazón algunos soldados carlistas durante las guerras españolas de los siglos XIX y XX. Los detentes bordados en las chaquetas de los uniformes o introducidos en los bolsillos de las camisolas pasaron a ser una de las señas de identidad de los combatientes villafradeños, que veían en el Sagrado Corazón la protección frente a sus enemigos. Pasó también a formar parte del atuendo de danzante, en aquella época en que la danza a la Virgen de Grijasalbas solía realizarse por los mozos quintados del año.

Pronto el propio pontífice Pío IX bendijo la práctica de los detentes, a los que se atribuyeron prodigiosos efectos, y propició que se cosieran y bordaran multitud de ellos en conventos de religiosas para su distribución entre los fieles devotos.

Los detentes para los danzantes de Villafrades solían ser confeccionados por las hermanas clarisas de Cuenca de Campos. Aunque la iconografía utilizada era muy diversa con diferentes motivos religiosos, los más habituales representan la imagen del Corazón de Jesús con una incisión abierta, una corona de espinas y rematado en una cruz.

En 1947 el Apostolado de la Oración de Villafrades compró 25 detentes por 10 pesetas y en años sucesivos lo que se compra es la tela para ser confeccionados y primorosamente bordados por mujeres de la asociación.

IMÁGENES EN LAS CASAS

Esta práctica piadosa también se podía expresar a nivel doméstico con la colocación de una escultura del Sagrado Corazón de Jesús en actitud de bendecir en un lugar visible de la casa o escuelas.

En Villafrades se estilaba la costumbre de regalar a los recién casados una imagen bendecida del Corazón de Jesús para que presidiera la vida familiar y concedier la protección paternal en todo momento. Luego se procedía al ritual de entronización eligiendo un lugar preferente de la casa. La familia se coloca frente a la imagen mientras el sacerdote realiza una oración que existe para ese ritual, mientras el padre de familia coloca la imagen en el pedestal.

Escapularios, placas para las puertas, parches bordados de tela y medallas de todo tipo se convirtieron en objetos omnipresentes en manos de los devotos habitantes villafradeños, que encontraban en la devoción al Corazón de Jesús, la fuente de una piedad hondamente personal e íntima y salvaguarda de sus hogares. Dentro de las doce promesas del Corazón de Jesús a sus devotos está el poner paz en las familias, ser su amparo y refugio durante toda la vida: “bendeciré la casa en que la imagen de mi corazón sea expuesta y venerada”.

ESTAMPAS, NOVENAS Y DEVOCIONARIOS

Estampitas religiosas y pequeños libritos llenos de significado que forman parte del devocionario católico. Se utilizan comúnmente en la oración y la devoción personal, y a menudo se distribuyen en iglesias y otros lugares de culto. Estas estampas religiosas no son solamente un pedazo de papel en el que está impreso un santo y en su reverso una oración al Sagrado Corazón de Jesús; sino que se trata de imágenes cargadas de valor, contenido y significado simbólico, sagrado y cultural.

Es por ello importante conocer los atributos utilizados en la iconografía cristiana. Se ofrecen sea cual sea la ocasión y son muy utilizadas en Villafrades como recordatorio de todo tipo. También de comunión, pues existía la costumbre que terminada la ceremonia el niño era inscrito como miembro del Corazón de Jesús.

Las novenas son un ejercicio de devoción que se practica durante nueve días para obtener alguna gracia o pedir por una determinada intención. Oraciones públicas o privadas repetidas durante nueve días, en este caso están dedicadas al Corazón de Jesús.

Devocionario o libro que contiene varias oraciones para uso de los fieles. con meditaciones para hacer el mes del Sagrado Corazón, o los cánticos de su festividad.

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