Danzas y bailes

Existe una ligera confusión a la hora de distinguir entre baile y danza que en nuestro contexto no siempre son sinónimos. De forma general, hablamos de danzas para referirnos a los paloteos y al resto de repertorio de danzantes; y de bailes cuando tienen un carácter más espontáneo e individual (repertorio para parejas en la plaza del pueblo o salones de baile). Crivillé i Bargalló admite en ambos casos las dos definiciones y las divide en danzas y bailes rituales y danzas y bailes de diversión.

Si nos centramos en las danzas podemos decir que se realizan al aire libre siguiendo unas normas estrictas y que requieren ensayos previos que permitan una buena coordinación y ejecución de las piezas por todo el grupo. Son realizadas por hombre y tienen cierto carácter ritual. también podemos destacar como características propias la indumentaria blanca de los danzantes y el ámbito religioso en el que se desarrollan.

Luis y Nieves de Hoyos en su Manual de Folklore lo identifican perfectamente: «Entiéndase por danza los bailes que necesitan una cierta preparación y organización, que se someten a las reglas fijas y que por tanto están interpretadas por personas adiestradas para ello; por eso hay en muchos pueblos los danzantes, dispuestos a ejecutar su danza así que llegue la fiesta del Patrón».

De la misma manera se manifiesta el folklorista extremeño D. Manuel García Matos: «No es poco el culto que se rinde en muchos lugares de la provincia a estas serias manifestaciones coreográficas, que el mismo pueblo llama danzas distinguiéndolas así del puro baile, que siempre fue un producto espontáneo de los afectos que conmueve el alma y sirve a regocijar los sentimientos, mientras que las llamadas danzas fueron compuestas y ordenadas por la inteligencia, al objeto de imprimirles un bien determinado sentido religioso y solemnizador, y tienen lugar sólo en las fiestas mayores para celebrar al santo Patrón o Patrona, ante quien se trenza y desarrolla como señal de homenaje y veneración».

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Baile de salida de la Virgen o "valseado"

También D. Miguel Manzano resume esta diferencia entre baile y danza de la siguiente manera: «Mientras que los bailes, se dice, son un fenómeno espontáneo, una forma de expresión y expansión muy frecuente, las danzas conllevan más bien un cierto aspecto ritual, y están ligadas de ordinario a determinadas conmemoraciones, fiestas y celebraciones que se repiten de forma cíclica a lo largo del año».

Con parecidas palabras, Lola Pérez Rivera en la música de dulzaina en Castilla y León dice: «La gente de Castilla y León (…) y diferencian claramente los conceptos de «baile» y «danza», guardando el término «danza» para las que se ejecutan en celebraciones, ritos o fiestas con un especial significado, es decir, para momentos festivos muy determinados; y el término «baile» para una función social festiva pero no ritual».

Ya algún documento del s.XVII contempla estas diferencias: «una danca para la procesión y vísperas de dos paloteados… y un bayle zapateado». Aunque el ámbito donde funciona bien esta distinción así planteada es la zona llana de nuestra región referida a finales del S.XIX y principios del XX.

Teniendo en cuenta lo anterior podemos definir claramente como danza lo que se viene haciendo en Villafrades, ya que encaja perfectamente dentro de los requisitos antes descritos. Sin embargo y como peculiaridad podemos destacar que dentro del repertorio villafradesño y tal y como se nos ha trasmitido se definen como danzas aquellas piezas realizadas con palos al son de la dulzaina, y bailes al resto de repertorio acompañados por castañuelas y con la participación del redoblante como soporte rítmico a la dulzaina. Lo que contribuye a la confusión entre ambos términos o a su empleo como sinónimos.

El repertorio de Villafrades se compone generalmente de tres tipos o géneros: bailes valseados, pasacalles de danzantes y paloteos o «lazos», aunque también se realizan contradanzas denominadas en la localidad como entradillas. Suelen ir precedidas además de una melodía de atención en la que los danzantes realizan figuras coreográficas conocidas como «venias» o «zapatetas».

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Entrada de la Virgen en el pórtico

Danzas y bailes de entrada o "valseados"

Se trata de melodías con ritmo ternario ligeramente lentas que permiten por ello un mayor aguante y dosificación a los danzantes. Este baile lo realizan de puntillas y de forma similar al estribillo de la jota y describiendo un arco con las manos de derecha a izquierda y viceversa. El paso se ejecuta sin que se altere nunca la seriedad del movimiento, marcando la parte fuerte del compás con un ligero recostado hacia uno u otro lado.

Se realizan siempre de cara a la Virgen y circulando hacia atrás. El de salida, más corto, es el que da partida a la típica procesión, comenzando desde el mismo dintel de la puerta del templo. Aunque hay que considerar que antaño se bailó dentro de los templos, pero una real cédula promulgada por Carlos III en 1777, sobre disciplinas de «cruz de mayo» y prohibición de los bailes en el interior de los templos, modificó en este pueblo la costumbre de festejar a la imagen con la danza en el interior de la iglesia, así mismo se prohibió el toque de castañuelas en su interior lo que probablemente hace que hoy día perdure la costumbre de entrar en ella los componentes de la danza con las castañuelas hacia arriba para evitar su percusión.

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Jota de entrada de la Virgen

El segundo valseado que da fin a la procesión y, por ello, de mucha mayor duración, es la parte más emotiva, ya que los danzantes deben bailar hasta la extenuación, siendo espoleados por los constantes jaleos y ánimos de los acompañantes. Durante éste se realiza una serie de desplazamientos hacia delante y hacia atrás. haciendo una representación en forma de abanico durante el giro que da entrada al pórtico de la iglesia, que resulta sumamente vistoso.

Los danzantes realizan sus movimientos con ligeros y acompasados balanceos de sus brazos de izquierda a derecha, siendo simétricos los movimientos de ambas filas. La melodía, como está apuntado anteriormente, se adapta principalmente a una jota o un vals, siendo muy características de esta zona algunas jotas del repertorio de los dulzaineros Martín y Simón de la Rosa.

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Zapatetas
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Pasillo de autoridades

Este tipo de melodías valseadas son también utilizadas a la entrada y salida del Ayuntamiento y de las casas de las mayordomas cuando los danzantes van a acompañar a éstas y a la corporación municipal, haciendo pasillo para que entren o salgan mientras se ejecutan. Como nota característica y graciosa se da la peculiaridad en este caso que los danzantes durante la jota bajan mucho los brazos haciendo incluso agacharse a todo aquel que quiera pasar con el riesgo de llevarse algún «castañuelazo» si no lo hicieren.

Pasacalles

Son bailes con ritmo cojo que pueden trascribirse en compás de 7/8 que hace trabajar bastante e los ensayos previos a los redoblantes para que se adapten a los danzantes. Se bailan en el transcurrir de la procesión y en el acompañamiento de autoridades. Al igual que los bailes de entrada y salida se inician con venia o rodilla en tierra siempre que se está de cara a la Virgen; y con zapateta cuando se está de espaldas a ella.

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Pasacalles durante la procesión
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Pasaxalles de danzantes

Una de las melodías más populares adaptadas al pasacalles es La Peregrina, pero hay otros como La Chaparrita, Altísimo Señor, o algunos lazos adaptados a pasacalles Ya pasó el río, La Leñadora, Murmurando o La Serafina.

Para que resulten vistosos se requiere una buena compenetración en los movimientos por parte de todos los componentes de la danza.

Al contrario que en otros lugares, aquí ese baile mantiene un ritmo más lento resaltando sobre todo la armonía de los pasos y elegancia en el braceo desechando movimientos bruscos. El giro debe ser poco pronunciado, manteniendo siempre el frente como horizonte.

Contradanza y "entradillas"

La Contradanza se intercala en medio de los pasacalles como variante haciendo que éstos no resulten tan monótonos. Se trata de unas «habas verdes» que ejecutan los danzantes (de cara a al Virgen si están en la procesión o de espaldas al sentido del avance si están en un pasacalles camino o realizando el protocolo de acompañamiento), al son de las castañuelas. Los músicos suelen tocar estas contradanzas (que como hemos dicho anteriormente son melodías en ritmo denominado de «habas» por los dulzaineros), versiones de «habas verdes» o «dianas» de su repertorio.

El mismo toque de la contradanza realizado como preludio y final o «recogida» de los lazos, se denomina entonces «entradilla» en Villafrades. Es la única danza no paloteada que se realiza sin castañuelas, evolucionando los danzantes hacia delante y hacia atrás intercambiando sus posiciones por filas al son de dulzaina y tambor.

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Entradilla al lazo

Los lazos

Según el diccionario de la academia, los paloteos son unas danzas rústicas, llamadas así por la palabra palo, que se hacen entre ocho danzantes que con unos palos ejecutan unas evoluciones paloteadas y concertadas al compás del instrumento, que son conocidas con el nombre de «lazos».

El nombre de lazo tiene dos teorías, frente a los que dicen que debiendo su nombre a que en su día a la persona que se dedicaba uno de ellos se le imponía un lazo o una cinta, hay otra y posiblemente más fundada que se debe a las figuras y serpenteos que realizan los danzantes en las evoluciones de estas danzas.

Indudablemente la parte más rica de todo el repertorio la constituyen estas pequeñas escenas realizadas por los danzantes haciendo golpear sus palos unos con otros al son de la dulzaina que toca la melodía y marca el ritmo de los palos. Estos breves actos comienzan en una doble alineación, una fila frente a otra denominando guías a los de los extremos, por ser los que dirigen los movimientos y panzas a los del centro.

Estas danzas por lo general constan de cuatro calles, llamándose calle, en este caso, as la evolución y desarrollo de la melodía completa una sola vez de las cuatro que forman el conjunto. La calle es además una figura coreográfica en la que las filas evolucionan de forma paralela desplazándose en dos líneas.

Cuando en el desarrollo de una de estas calles se produce una división del grupo en dos subgrupos de cuatro danzantes, dos guías con sus panzas correspondientes, suelen realizarse entonces de forma simétrica por los dos subgrupos figuras conocidas como la cabañuela o carabañuela.

También existe una variante a la calle que se denomina redondilla, que se realiza en dos círculos concéntricos, formado uno por los guías y, el otro por los panzas. Por lo general, consta de doce golpes, tomando al final de la misma posición de la siguiente calle. Estas redondillas se realizan con ritmos ternarios y suelen acelerar la danza al producirse un cambio de aire.

Otros movimientos desarrollados en los lazos son:

  • Escuadra, cuando el danzante golpea con el de la fila de enfrente, con su panza y termina otra vez con el de enfrente sin modificar el sentido de la calle.
  • Crucero, es el desplazamiento acompañado con giro de 90º de los guías a la posición central que ocupan los panzas , y el desplazamiento, también con giro, de los panzas un paso atrás, provocando un cambio en la dirección de las filas. Tras entrechoques de palos en esta posición se retoma la inicial con los desplazamientos contrarios.
  • Salto de pájara, es el que varía la calle en dos direcciones perpendiculares, ejecutando tres entrechoques, a dos palos, durante el desplazamiento de los guías mediante ligeros saltos a la «pata coja» acompañados por giros de sus panzas. El primer choque lo da cada danzante con su compañero de enfrente, a continuación cada guía con su panza por la parte posterior de la cabeza a la altura de la nuca, y finalmente termina con un pequeño salto de 90º golpeando de nuevo todos con el de enfrente (una vez alcanzada a nueva dirección de la calle). La figura retoma a la posición inicial con otros tres movimientos contrarios.

Respecto al manejo de los palos existen las siguientes definiciones:

  • Golpe de palo o entrechoque a la altura de las cabezas.
  • Revés o entrechoque a la altura de las rodillas con los palos invertidos.
  • Remate frontal cuando un danzante golpea con el de enfrente.
  • Remate cerrado cuando se golpea en diagonal o lo que es lo mismo guía con panza contrario y viciversa. El guía corto ejecuta el golpe a la altura de la frente con un leve salto y el guía largo a la altura de las rodillas y ligeramente agachados.
  • remate atrás o golpe que se efectúa, a palos juntos, por la parte posterior de la nuca en la evolución del movimiento realizado en «la Pájara Pinta».
  • Remate a palos juntos o choque de los cuatro palos de los dos danzantes por encima de la cabeza acompañado de un pequeño salto.
  • Picar los palos o el arte de repicar los palitroques con el fin de emitir un sonido equivalente al redoble de la percusión. Para ejecutar correctamente este arte es necesario ser muy diestro en el manejo de los palos destacando la labor realizada con la mano izquierda y la dificultad añadida de complicar el ritmo sin perder el compás.

Los lazos tienen una parte textual o cantada que sólo se tararea en los ensayos como recurso mnemotécnico, abarcando diversos temas desde alusiones religiosas o coplillas a fragmentos de romances tradicionales de los siglos XIV al XVI o melodías de moda. Durante los días de la fiesta siempre son interpretados instrumentalmente por los músicos. La razón entonces de la parte textual podemos encontrarla en que durante el resto del año los danzantes para ensayar (solían hacerlo a partir de San Roque cuando la fiesta se celebraba en septiembre) entonasen dichas letras.

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