Vestimenta de los componentes de la danza

Primeras referencias a trajes de danzantes

Como ya se ha indicado, hay interpretaciones que asocian a los danzantes como encarnación del espíritu del bien simbolizando ocho ángeles que luchan contra el chivorra, representante del demonio o espíritu del mal. Esta teoría tiene gran solidez y fiabilidad si nos detenemos a analizar sus vestimentas contrastando la blancura y pulcritud de los danzantes sobre las cuales portan una porción de escapularios, medallas y cintas multicolores semejando un arco iris, y la del chivorra, desprovisto de cualquier símbolo religioso y portando una vara o tralla (símbolo fálico) a la que se da interpretación de autoridad sobre el grupo de danzantes, sirviendo como látigo que utiliza contra ellos. El zurrón o bolsa donde lleva las monedas simboliza la avaricia.

una incógnita difícil de descifrar y siempre será un enigma para el investigador los arreos femeninos que llevan los danzantes por indumentaria como enaguas y faldillas, mandiles, medias y cintas que según Caro Baroja pueden ser recuerdo de la época en que las religiones orientales penetraron en España. Curiosa es la cita que hace este mismo autor a la indumentaria de algunos danzantes del siglo XI que eran penados por los monjes de Silos con un año de penitencia por llevar traje de mujer o disfrazados monstruosamente.

En el año 1584 en una danza de cascabeles, unos danzantes llevan a la cabeza sombreros de tafetán con plumas que semejaría a los danzantes actuales de Cisneros (danza con connotaciones profanas) y en 1615 los hermanos Ruiz de Pozaldez llevaban un grupo de danzantes con «gregüescos blancos buenos y pellizcos de colores, con zapatos blancos y nuevos y medias de color y ligas y sus cabelleras muy buenas, con pañizuelos guarnecidos en la cabeza». Estos dos tipos de indumentarias son los más frecuentes y documentados de los siglos XIII al XVII, una de tipo profano con sayos vaqueros y rostros feos y otra más religiosa con las vestiduras blancas.

Julio Caro Baroja y Antonio Sánchez del Barrio mencionan la siguiente cita del Padre Isla en la Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas en la que hace una perfecta descripción de la uniformidad de unos danzantes de palos en una procesión del Corpus en el siglo XVIII celebrada en el pueblo leonés de Campazas:

Precedíales a todos el tamboril y la danza, compuesta de ocho mozos, los más jaquetones y alentados de Campazas, todos con sus coronas o caronas arrasuradas sobre el cráneo o plan de la cabeza, esta descubierta y las melenas tendidas; chaquetillas valencianas de lienzo pintado, con dragona de cintas de diferentes colores; su banda de tefetán prendida de hombro a hombro y colgando a las espaldas en forma de media luna; un pañuelo de seda al pescuezo, retorcido por delante como cola de caballo, y prendido en la punta por detrás como hacia la mitad de la espalda; camisolas de lienzo casero, más almidonadas que planchadas, y tan tiesas que se tenían por si mismas en cualquier parte; calzones de la misma tela que la jaquetilla; y en la pretina, por el lado derecho, colgando un pañuelo de beatilla con mucha gracia-, las bocapiernas de los calzones holgadas y anchas, guarnecidas de una especie de cintillo o cordón de cascabel; medias de mujer, todas encarnadas; zapatillas blancas con lazos de hiladillo negro; y en todo caso, todos ceñidos con sus corbatas, para meter los palos del paloteado en el mismo sitio, y ni más ni menos como los arrieros llevan el palo en el cinto».

Indumentaria del danzante de Villafrades del s.XX

La vestimenta de los danzantes de Villafrades presenta algunas diferencias entre la víspera y los días de fiesta. El día de la fiesta mayor y el segundo día de fiesta la indumentaria de danzante consta de los siguientes elementos:

Un pañuelo a la cabeza anudado al lado izquierdo (detalle que difiere del chivorra que lo lleva a la derecha), llamado «rosa» por la forma que resulta al confeccionarlo.

La confección del pañuelo coronal o «rosa» forma parte de los trabajos artesanos que realizaban las mujeres villafradeñas muy diestras en todo este tipo de labores. Antiguamente el arte de confeccionar el pañuelo se trasmitía de generación en generación, actualmente son unas pocas mujeres del pueblo las que conocen de primera mano la forma de elaborarlos.

Dos son las técnicas existentes para elaborar el pañuelo según han trasmitido Timotea Gordaliza y Nieves Alonso y que, se describen a continuación. Para ello se necesita un pañuelo blanco de gasa o adamascado de medida aproximadamente 85×85 cm. Se dobla en pico como muestra la figura y a partir de ahí se van haciendo dobleces de 4,5 cm.

Se toma la medida de la cabeza y montando el lado izquierdo sobre el derecho se cose cada dos vueltas. Se dobla el pico de uno de los extremos y se introduce por la parte interior para que no se vea. Con el otro extremo se va pespunteando cada vuelta y media componiendo una figura en forma de rosa de unos siete centímetros de diámetro.

En la otra variante, después de tomar la medida de la cabeza se hace una especie de lazada y se van trabajando los cuatro extremos hasta formar la rosa.
Pañuelo o "rosa" a la cabeza

Camisa blanca o chambra con tres lazos de colores atados sobre los brazos a diferentes alturas, en la espalda tres cintas anchas también de color en sentido horizontal, prendidas formando pequeñas ondulaciones o «cañones» y completada con tres escapularios o «detentes» a la altura de los hombros. La delantera de la camisa está «armada» de la misma forma pero con dos cintas y dos detentes únicamente.

Antiguamente la camisa o chambra era larga, actualmente se cose un añadido que permite que los danzantes lleven dentro las avellanas sin que éstas se caigan.

Camisa o chambra

Detente: Recorte de tela con distintos motivos artesanales algunos con la imagen del Corazón de Jesús y la leyenda en el dorso: «detente bala». Los usaron los mozos villafradesños en las guerras españolas de los siglos XIX y XX prendidos por sus madres en la ropa sobre el pecho como símbolo protector y posteriormente son incorporados a la indumentaria de la danza.

Se conservan una gran cantidad de detentes en la villa y son además de muy diversas formas y modelos, cuya antigüedad supera los 150 años en algunos casos, otros son fieles reproducciones.

Corbata y alfiler completan la indumentaria. La corbata que probablemente haya derivado de los pañuelos de seda que en la antigüedad se anudaban al cuello.

«Senaguas» o engüillas de color blanco almidonadas y con amplio vuelo, la de abajo suele ser de tira bordada y la de arriba de organdí bordado y un poco más larga que la anterior.

Enagüillas

A la misma altura unos cordones en cuyos extremos se encuentran los borlones, que forman parte también de la artesanía de la villa, suelen hacerse con lanas de difreentes colores. Existen dos tipo, unos en forma de «barrilete» y otros de «pompón». Probablemente al desaparecer los «sarteletes» de cascabeles que los danzantes portaban sobre la bocapierna antes de llegar la dulzaina dieron lugar a la aparición de dichos borlones. A la altura de la cintura va cosida una trabilla cuya función es llevar lo paslos colgados mientras los danzantes no los utilizan.

Debajo de las enaguas el calzón o braga de color oscuro con tres botones dorados. En el extremo del calzón, justo por debajo de la rodilla el danzante lleva ligas de colores para sujetar las medias.

Otro elemento a destacar es el mandil que el danzante lleva encima de las enaguas. Mandil rojo bordado con distintos motivos como flores, angelitos, aves, enanitos u otros ornamentos y rematado con una puntilla de color blanco.

En algunos casos la antigüedad de estas prendas que se conservan supera los ciento cincuenta años.

El traje lo completan medias blancas y zapatos negros con lazos de color rosa.

Castañuelas y palos de danzante

Como complemento al traje de danzante están los instrumentos que porta: los palos y las castañuelas. Los palos suelen ser de encina, avellano o roble, de rueda de carro hechos a mano y generalmente sin ningún tratamiento especial para su endurecimiento, y cuya medida suele ser el largo de cuatro puños. Durante los pasacalles suelen ir atados con una cuerda de cuero y colgados a la cintura del pantalón. Las castañuelas, generalmente elaboradas por los pastores (muy diestros en este tipo de labores debido a las temporadas que pasaban en el campo con las ovejas), talladas y labradas a mano. El cordón de las castañuelas aquí es sustituido por un lazo rosa como el de los zapatos.

Danzantes

Indumentaria del chivorra de Villafrades del s.XX

La vestimenta del chivorra difiere de la del resto de sus acompañantes:

Al igual que los danzantes lleva camisa blanca, sin embargo, solo lleva un único lazo de color a cada brazo.

Viste calzón largo a rayas en tonos claros rematado en los tobillos con fina puntilla.

Sobre el hombro izquierdo una banda de color salmón en tela de raso que termina en un nudo sobre la cadera derecha.

En sentido contrario cuelga una bolsa o zurrón de gran tamaño -también en tela de rasode color rosa y con sencillo bordado- que simboliza la avaricia.

El bastón o vara lleva atado un crodón a lo largo que culmina con dos grandes bolas de raso, llamadas pelotas, semejando en su conjunto una enorme tralla que éste porta sobre su mano izquierd como atributo de poder y símbolo fálico.

Chivorra

El resto del vestuario no difiere del de los otros danzantes -pañuelo, medias, corbata, alfiler y zapatos-, se diferencia en que la orientación del nudo del pañuelo se sitúa sobre el lado derecho de la frente. Además lleva una sola castañuelaya que en la mano izquierda siempre lleva la tralla.

Toda esta indumentaria, tanto la del chivorra como la de los danzantes, se realza mucho más con el alegre sonar de las avellanas que los danzantes portan en la camisa y el chivorra en el zurrón.

Indumentaria de vísperas

La indumentaria el día de la víspera varía respecto a la de la fiesta. Los danzantes visten camisa blanca, corbata, alfiler, calzón con ligas y borlones, medias, zapatos y castañuelas con cintas, palos y la rosa en la cabeza. Mientras que el chivorra lleva la camisa blanca, pantalón largo y oscuro, zapatos y castañuela con cintas, la banda el zurrón, la tralla y la rosa a la cabeza; elementos ya descritos anteriormente.

Esta indumentaria de vísperas se ha modificado ya que a principios de siglo llevaban chaquetillas cortas.

Al resto de los actos los danzantes acuden únicamente con la rosa, y los zapatos con las cintas. El chivorra con el zurrón y la vara.

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